¿Por qué enseñar al perro habilidades caninas?
Trabajar con tu perro hace que pases más tiempo con tu perro y por ello el vínculo entre ambos crece. Además, para un perro es muy importante estimularlo mentalmente (al igual que nosotros, si estuviésemos todo el día sin hacer nada nos volveríamos locos), de este modo, enseñando al perro habilidades, fomentas ese ejercicio mental que necesitan y de este modo estamos mejorando su calidad de vida.
En palabras de Sumara Marletta “ Un perro que trabaja su mente es mucho más estable, más equilibrado y menos excitable, menos hiperactivo, en definitiva todo se hace mucho más fácil para el perro y para el dueño, incluso aguantará mejor la soledad a raíz de la ausencia de sus dueños.”



Muchas de las habilidades que enseñamos al perro se pueden aplicar en nuestro día a día: Ir hacia atrás (si el perro se adelanta en la acera esperando el paso de peatones, puedes hacer que retroceda con la orden de “atrás”), Colocarse entre las piernas (si vas en transporte público o estás comprando, si lo tienes entre tus piernas tendrás mayor control sobre el perro), Soltar objetos (si coge algo del suelo que no toca, puedes utilizar la orden de “suelta” en la calle), rodear (si vas por la calle y se queda al otro lado de un árbol, puedes darle la orden de rodear y así dará el solo la vuelta al árbol para no liarse con la correa).
Estos son solo unos ejemplos, y los que no se pueden aplicar al día a día, nos sirven para trabajar todos los aspectos que nos ofrecen las habilidades caninas. De este modo, la estimulación mental que ofrecemos al perro nos ayudarán a evitar también problemas de comportamiento y tendremos un perro más feliz.
Me gustaría recalcar que todos podemos trabajar habilidades caninas con nuestros perros. Cada uno a su ritmo, y cada uno será capaz de aprender unas cosas y no otras, pero lo importante no es la cantidad sino la calidad, es decir, no es importante que aprenda muchas habilidades, lo importante es que se trabajen bien, de forma pausada, sin presionar al perro, siempre con premios (comida, caricias, juego), y sin castigos, ya que nuestro perro está aprendiendo junto con nosotros y al igual que pasa con los niños, cuando están aprendiendo una lección nueva no les reñimos si no les sale, al contrario, hay que buscar la manera de ayudarle para que pueda llegar al objetivo deseado.